Reflexión 41: Preguntar por preguntar

Normalmente, cuando alguien  formula una frase con interrogante, entiendo que es una pregunta y que se espera respuesta. Pero, muchas veces no es así. La pregunta no es tal y, además, aunque lo fuera, la respuesta es tan obvia y absurda que no vale la pena.

¿Qué te iba a decir?: ¡Esta me encanta! Te llaman por teléfono y te dicen: hola qué tal? oye, qué te iba  a decir?… jajajaja, y yo qué sé lo que me ibas a decir, si lo supiera te podrías haber ahorrado la llamada, que también es de género tonto gastar teléfono con los precios que pagamos.

¿Ya estás aquí?: Has quedado con alguien y en cuanto te ve, te suelta la pregunta. A veces creo que es que me he vuelto transparente y me reconocen por el perfume, de ahí que pregunten, si no, no lo entiendo. Pues claro que he llegado, si aún estuviera de camino, no estaría aquí!!!!

– ¿Ya te vas?: Miras el reloj (uy, que tarde), te levantas, coges el bolso, te pones el abrigo y ZAS, la gran pregunta. Uf, no, que va, no me voy, es que  me estoy poniendo cómoda.

– Como llueve, eh?: No es una pregunta en sí, pero fastidia igual, porque normalmente te lo sueltan el día que cae el chaparrón del siglo y tú no llevas paraguas. Si  llevas paraguas y apareces completamente seca nadie te hace la observación de que está lloviendo, supongo que porque entienden que eres una chica lista y por eso no te has mojado.

¿Vienes sola?: Quedas para tomar algo y al llegar al punto de encuentro, miran a tu alrededor y hacen la pregunta. No, vengo acompañada pero llevo a mi acompañante en el bolsillo, ahora lo saco!

– ¿No quieres nada más?: Es la pregunta que, por inercia, viene asociada al «cóbrame por favor» en las tiendas, sobre todo, en las tiendas de barrio, esas que la señora te conoce de toda la vida y por eso se cree con derecho a endosarte la tienda entera. A ver, señora, si quisiera algo más, se lo hubiera pedido, lo que quiero es que me cobre, por favor!!!!

Y podríamos seguir un buen rato, que preguntas y frases absurdas hay para aburrir. Pero no me gustaría alargarme y que acabaráis preguntando «cuándo termina esto«. Para vuestra información, termina aquí.

Un comentario

  1. ¿Y qué quieres que te diga?

    Pues que tienes razón. Todas estas preguntas corresponden a las lagunas mentales, en ocasiones cuando uno no sabe que decir, no sabe cómo decirlo, no quiere acabar con una situación, ………o simplemente no tiene ni idea.

    Hace falta una mayor agilidad mental, más músculo gris. Otro ejemplo, la utilizadísima pregunta con la que acabamos nuestras explicaciones.

    ¿Me entiendes?

    O la vulgar de una nombrada princesa telefive

    ¿Vale?

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